jueves, 30 de julio de 2015

Lo inminente

Después de todo, las cosas no estaban tan mal. Yo había tomado malas decisiones, es cierto.  Lo había elegido antes. En la última retrovisión, todo lo que no iba a ser en mi madre quedaría en el pasado, yo ocuparía el lugar de un olvido hasta que lo superara la emulación de otra vivencia no consumada. Una suerte de no devenir del tiempo. Y qué va? Después de todo, las cosas no estaban tan mal. Tal vez los cambios que se sucedían eran tan minúsculos como imperceptibles y nosotros todavía creábamos la ilusión de que el individuo era un lugar para estar a salvo y otro impulso concedía que no, que no somos más que miguitas en una plaza enorme donde a lo mejor hay palomas. Eso escuché decir a una señora. Después de todo, las cosas no estaban mal.