sábado, 27 de abril de 2013

Almendra


De qué color será la camisa de la felicidad?
Si mi sonrisa está a minutos menos cuarto de tu sombra.

Es una noche eterna de almendras
en la que mis manos te acarician con ternura.
Vamos a pasear por callecitas de adoquines,
estos pasos torpes son el andar de los felices.

Todavía me pregunto,
de qué color será la camisa de la felicidad?

Seguro sea tu color.

domingo, 21 de abril de 2013

Recurso delito.


(Nunca hasta entonces más bella que la última.)
Hoy viajo al pasado,
me vuelvo niña y poeta.
Me vuelvo inocente y hay tristeza.
Me vuelvo viento.
(Silvio siempre ahí para cantarnos.)

¿Quién va a calmarme las ansias del verbo?
Te equivocás.
Lo grande es todo aquello que nos une en algún punto
-que no es en mi, sino a través de mi-.

Te quiero lleno de pájaros.

La Lluvia se desdobla,
cae sobre la que no soy.
Se llueve toda ante mi otra
-que no es sin mi, después de mi-.
Y se llueve porque fue antes
la que yo quisiera
pero es breve.

¿Dónde nos lloveremos pasado-mañana
si estas hojas siguen en blanco
y para siempre?

Huella.

Alguna vez en-contr-a-rte
de mi lado más oscuro.
Espero-te cuando tengas un nombre
que yo pueda nombrar.

¡Qué cara cuesta esta libertad de no ser libres!
Tango que no tengo.
[Vivo en el número
último por error]
Y aún brindo por los dioses
que te hicieron su cantor.
Y te llevo tan clavado en el pecho, caminante.
Y vos seguís volando bajo.

No quiero que seamos así
-sin flores-.
No quiero que seamos así
-esquina adoquinada
postal
que te recuerda-.

Noche. Suicida y poeta.
Domingo.
Tristeza de la libertad que es solemne.
Súbdito de mí: la pena.
Pantomima del espanto, soledad
de amar en esta ausencia indecible.

sábado, 13 de abril de 2013

Chavela se va.


La noche eterna me visita,
entonces temo.

El balcón se burla de mi.

La botella vacía contempla la escena,
desde un rincón anhela que el vaso se llene algún día.

De pronto y como nunca querés volver.
Ya es tarde.
La noche eterna me visita.