viernes, 16 de diciembre de 2016

Todo porque rías

Porque no quiero dormirme todavía. Quiero mirarte a los ojos por si acaso se me borran tus pupilas del deseo y me siento con frío en esta noche
de mares del pasado en mareas que se comen las gaviotas en la playa, y no avisan ni perdonan ni se vuelven con clemencia por los viejos temores que aún sudo en las vigilias solitarias. Porque creo, porque sueño en el desierto, porque río todavía, porque temo que no te vuelva a nombrar por si acaso.

Insoportable

Cuando me quedo
verdaderamente sola
me aferro a un único recuerdo.
Es un recuerdo cobarde
porque múltiple
y porque inútil,
es un recuerdo
porque olvido.
Lo que no fue
es indecible.
Lo que no fue
es aquel rincón
donde aún
invoco tu nombre.
Allí todavía
soy lo que deseaba.
Allí todavía
soy poeta.
Allí todavía soy más
que esta musa estéril.
Allí aún me inspiro
y sobre tus desvelos
planeo un porvenir
que nos encuentra
al borde del río
o del abismo,
da igual.
La luna intrépida
ilumina adoquines
que pisamos sonrientes
tropezando juntos.
Y nos toleramos el espasmo
porque siempre vencemos
los dos multiplicados
el uno por el otro.
Pero soy el cobarde
y no hay dos
ni tan solo uno.
Hay media idiota
que aún sueña
que el indecible recuerdo
es lo cierto.
Un recuerdo ficticio
con que sortear la vida
leve e insoportable.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Once

Aquí y ahora. 
El misterio del fuego heraclíteo,
la gloria de la contradicción,
los procesos medidos
con un elemento de ficción
-el tiempo-.
La claridad
y sus oscuridades
y las mismas porciones:
caos
cosmos.
El infinito
ambigüo
igual
que supremo.
Y
tal vez
aquí
una bailarina.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Ensueño (En suelo)

Y me pregunto
¿qué con lo que yo soñaba?
Qué con la vocación redentora
que conozco y no asumo
porque la rutina y el deber
gritan más fuerte(?)
Qué con el amor verdadero
que aún recuerdo
y que no encontró
reparación ni remplazo
ni nombres nuevos
ni nuevas odiseas que alcancen
a llenar la sed
de saber del otro lado
otro sediento
de las mismas sensaciones,
impulsos subacuáticos
de escuchar
del otro lado
el mismo aullido
que suplica
por identidad,
por razón de ser,
por menos desolación
en la noble batalla
cómplice de la belleza
cotidiana
que nos impulsaba
a tontear por las calles
jugango al amor
ciclista,
poeta,
teatrero,
musiquito
de la bondad
de las calles
y los parques
interminables
en mi retrovisor
para siempre.

sábado, 29 de octubre de 2016

Desconfianza

Insomnio, benemérito enemigo, artífice de mis desgracias y mis plétoras de sentido, ¿no me concederás nunca una tregua? Oficio melancólico del nocturno taciturno, ¡pero si ya es el día! Los pájaros apenas seguirán cantando hasta que los autómatas vuelvan a tomar las calles y los agobien, justo en la hora en que los autobuses se multiplican y llevan a los hastiados a su trabajo, refugio estéril y perenne de la culpa posmoderna que entre el amedrentamiento y la abulia apenas si se retuercen o desesperan por hallar un paraíso redentor para sus más excelsos apetitos. Si acaso el recordar no sea más que una tarea abyecta semejante a la cobardía que en la quietud invoca pasados tiempos aparecidos memorables a razón del vacío mismo, ¿qué habré hecho de mi destino? Entonces otra vez este fantasma del terror depravado que me acicala y se arremolina en el medio del pecho como un cierre, que me inclina una vez más ante la muerte o ante la misma vieja herida que todavía supura. Aquella falta que aún no puede ser nombrada se me figura ya no como un trofeo de un dolor de vitrina superado sino como la reiteración absurda de una pena tan extraña y de igual modo hasta el hartazgo conocida de cuya naturaleza impredecible desconfío.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Hastío

Si pudiera ir a la feria
a vender mis zapatos gastados
y el escarpado camino
que conmigo han andado,
los llevaría.
Quizás nadie los compre.
Quizás ahí se queden
como pieza de museo,
quizás hasta se vieran
más bellos detenidos.
Pero son míos
y su destino es andar,
nadie más que yo
sabría andarlos,
lucirlos a los tropezones,
enterrados en el polvo.
Si pudiera ir a la galería
y comprar unos zapatos
nuevos y con otro camino,
no sé si me sirvan.
Quizás me saquen ampollas
y me hagan doler el talón
más que mis viejos zapatos.
Si pudiera andaría descalza,
si pudiera ya no andaría.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Oficio

Le voy a poder abrir la ventana al mundo de nuevo. Me gusta estar con el ruido de la soledad. Se van a desmembrar mis códigos primitivos, habré de poder desmembrarme. Volver a la complicidad con lo genuino. El retraimiento retorcido de las entrañas de la tierra susurrando sólo lo sutil. Los ojos ya sin vendas ante la esencia misma aunque el camino esté apenas empezando. También un poco vos del otro lado. Mis viejas pasiones mustias. El quehacer encantamiento del alma. Los libros y otra vez cargar las tintas. Las noches de desvelo y de los discos que sonaron en el cenicero. Y también lo profundo del misterio, los códigos, las calles, las programaciones, tu formateo racional del amor, la poesía agónica y el sentido crítico hasta estúpido. Voy a volver otro día por los pasillos llena de algo más que desengaños.Le voy a poder abrir la ventana al mundo de nuevo. Me gusta estar con el ruido de la soledad. Se van a desmembrar mis códigos primitivos, habré de poder desmembrarme. Volver a la complicidad con lo genuino. El retraimiento retorcido de las entrañas de la tierra susurrando sólo lo sutil y lo genuino. Los ojos ya sin vendas ante la esencia misma aunque el camino esté apenas empezando. También un poco vos del otro lado. Mis viejas pasiones mustias. El quehacer encantamiento del alma. Los libros y otra vez cargar las tintas. Las noches de desvelo y de los discos que sonaron en el cenicero. Y también lo profundo del misterio, los códigos, las calles, las programaciones, tu formateo racional del amor, la poesía agónica y el sentido crítico hasta estúpido. Voy a volver otro día por los pasillos llena de algo más que desengaños.  

domingo, 17 de julio de 2016

La vereda angosta

Estoy fumando un cigarrito
en la vereda adoquinada de la vida
y es preciso estar así,
contemplando desde afuera,
sin involucrarme genuinamente con el mundo
que a veces me resulta tan extraño y repulsivo
a mi propia naturaleza
y otras veces me arrastra con sus remolinos.
Así,
sin vivir ni morir,
tendida en el angosto lado
entre la desesperación y el salto de fe que no llega.
Acá donde no se ve
quién dobla por la esquina.
Y sin embargo palpita el irrefrenable deseo
de tener con quién compartir
un solo llanto bien llorado en el sillón
-a lo Girondo-
y el irremediable después
de abrazos compositores de calma
y de poesía plétora y no vacua,
de vida,
al fin y al cabo,
de aquello a lo que quiero aferrarme
cuando no queda nada más
(que liviandad insoportable).

miércoles, 22 de junio de 2016

Prólogo

En el medio de la nada
encuentro tu mirada tímida
que explota de sentidos solitarios.
Sale el sol de nuevo
y voy a volver a pasear por los parques
después de las reuniones especulativas del saber.
El mundo se ordena ante mis impulsos.
Hay prólogos felices como esto.

lunes, 9 de mayo de 2016

Inquilino

¿Dejaré de interrogarme un día?
Quiero decir si tendré que pedirle permiso
al inquilino-aniquilo que me persigue
para que haga de una vez el silencio
que habrá de permitir que lo espontáneo
recobre por fin su naturaleza
y no esta carga inútil de especulaciones
que se quedan naufragando sin mejores rumbos
que el detenimiento mismo,
y que florezca entonces para siempre
aquello que da brillo a los ojos
o temblor a las manos,
aquello que ha de parir
la transpiración más pura
de los nervios de sentir
al menos una vez
sin interrogarme.

miércoles, 6 de abril de 2016

Videotape

Pido una oda al otoño
pero nada se me ha dado
de tu copa amarilla o desnuda.
Quizás son los días
de lluvia
(todavía se desdobla).
Es otra la que se enjuga los labios
y ya no se embriaga,
algo ha sanado
entonces
cuando la oscuridad
tenía sus brillos.
Será la monotonía
y las valijas en el placard
que se debían andenes.
Sea quizás una imprudencia
de no haber sentido frío
en tanto tiempo.
Sea una reiteración vana del verbo,
la rebobinación harto trillada
del godot que no vino.
Una fatiga crónica de ausencias,
el rompecabezas de siempre
que de tanto armarse y desalmarse
ya no divierte
o no tiene
justo la pieza
que dibujaba la hazaña.
Sea la versión más inerte
del disco que se repite automático.
Será que quise ir soltando
ahí donde no amarré nunca.

martes, 12 de enero de 2016

Farol

Vomita el verbo traspapelado
en la percepción de tu estómago,
no hay rincón
y se derrumba tu silencio,
no sigue línea ni azar posible,
se desgaja la sola luna
como si antes
hubiese sido ocaso
y no de pájaros,
salvajes adoquines
le tiran de la rienda.
La señal de la vida
se le esconde.
Certifica que el zapato
está gastado.
Otra esquina más
y sin faroles.

miércoles, 6 de enero de 2016

12 minutos de oscuridad

Quise escribir la Última Lluvia
y abrí el paraguas.
No me dejé mojar por el verbo genuino
porque sabía que tendría que evocarte en la noche.
Cuatro años secándome al sol
para que la carne viva de la duda siga intacta.
Quisiera escribir la oscuridad
de nuestros doce minutos de silencio.
Grita una mochila acusadora
sobre una sucesión estéril de postales
que llevan el signo de mi ausencia.
No puedo dar el próximo paso adelante.
Si ya estamos en el abismo
y después nunca se sabe.
Mi revés se arrepiente de mi idéntica renuncia,
todas las veces estuviste solo.
Yo mientras tanto buscaba lo que salva,
y descubrí que todas las veces había nada.
No sé decir mi amor ni mañana,
me da un miedo terrible
casi angustia,
casi vértigo,
los trenes,
todos los pasajes,
el lado de la ventanilla
sin siestas en tu hombro,
el pestañeo que dura el viaje,
el libro de Facundo que habla de nosotros.
No te voy a decir nunca lo que resigné
a cuesta de aceptar lo que se asume diario.
Tengo esta vida de bárbaro o de obtuso
que se limita a disfrutar de vez en cuando
de la ilusión de lo posible,
de la canción que al fin no será augurio,
de la palabra siempre injusta para nombrarte.
No sé si voy a encontrar el rumbo
cuando deje de girar la rueda
de mis fantasmas inconformes.
Y suspiro aunque no estés del otro lado.