Vomita el verbo traspapelado
en la percepción de tu estómago,
no hay rincón
y se derrumba tu silencio,
no sigue línea ni azar posible,
se desgaja la sola luna
como si antes
hubiese sido ocaso
y no de pájaros,
salvajes adoquines
le tiran de la rienda.
La señal de la vida
se le esconde.
Certifica que el zapato
está gastado.
Otra esquina más
y sin faroles.
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