Porque no quiero dormirme todavía.
Quiero mirarte a los ojos
por si acaso
se me borran tus pupilas del deseo
y me siento con frío en esta noche
de mares del pasado en mareas
que se comen las gaviotas en la playa,
y no avisan ni perdonan
ni se vuelven
con clemencia por los viejos temores
que aún sudo en las vigilias solitarias.
Porque creo,
porque sueño en el desierto,
porque río todavía,
porque temo
que no te vuelva a nombrar
por si acaso.
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