Me quiero curar para siempre
pero verdaderamente nada
hay de verdadero,
ni una sola certeza en el placard
más que tu ausencia
que me repliega
y me pone
opacos pensamientos
en las sienes.
Ya nada he de verter
por los caminos
como semilla
que pudiera germinar
gerundios nuestros
por las calles
de adoquines del Alberdi.
Quién habrá
-ni yo misma habré de haber-
conocido qué oleajes
me derivan otra vez
hacia esta costa de silencio.
Y la tormenta
es esta primavera detenida,
veo sola la espalda de una estatua de Sarmiento.
No sé bien acaso lo que quiero,
tu presencia alguna vez fue lánguida,
y sin embargo sé que yo no quiero
ser como esos maniquíes de San Juan
que no salen al sol en el invierno.
Y quiero seguir pedaleando
por los parques que ven el Paraná
con vos.
Y soñar con Uruguay
volviendo a casa.
lunes, 17 de septiembre de 2018
miércoles, 12 de septiembre de 2018
02:49
Te escribo un mensaje con una canción de Bowie. Creo que es una buena metáfora de mi vida últimamente vivir en una esquina. Lo que quiero que quiera venir está un poco en la palma de mi mano. Sin embargo a veces esto también es enajenamiento. La soledad de la casa me deja escuchar ruidos minúsculos, el infinito tiene que ser algo parecido. La posibilidad sola y multiplicada en cada maniobra. La oportunidad a lo mejor esta vez de que las cosas sean un poquito más nítidas.
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