jueves, 1 de septiembre de 2016

Oficio

Le voy a poder abrir la ventana al mundo de nuevo. Me gusta estar con el ruido de la soledad. Se van a desmembrar mis códigos primitivos, habré de poder desmembrarme. Volver a la complicidad con lo genuino. El retraimiento retorcido de las entrañas de la tierra susurrando sólo lo sutil. Los ojos ya sin vendas ante la esencia misma aunque el camino esté apenas empezando. También un poco vos del otro lado. Mis viejas pasiones mustias. El quehacer encantamiento del alma. Los libros y otra vez cargar las tintas. Las noches de desvelo y de los discos que sonaron en el cenicero. Y también lo profundo del misterio, los códigos, las calles, las programaciones, tu formateo racional del amor, la poesía agónica y el sentido crítico hasta estúpido. Voy a volver otro día por los pasillos llena de algo más que desengaños.Le voy a poder abrir la ventana al mundo de nuevo. Me gusta estar con el ruido de la soledad. Se van a desmembrar mis códigos primitivos, habré de poder desmembrarme. Volver a la complicidad con lo genuino. El retraimiento retorcido de las entrañas de la tierra susurrando sólo lo sutil y lo genuino. Los ojos ya sin vendas ante la esencia misma aunque el camino esté apenas empezando. También un poco vos del otro lado. Mis viejas pasiones mustias. El quehacer encantamiento del alma. Los libros y otra vez cargar las tintas. Las noches de desvelo y de los discos que sonaron en el cenicero. Y también lo profundo del misterio, los códigos, las calles, las programaciones, tu formateo racional del amor, la poesía agónica y el sentido crítico hasta estúpido. Voy a volver otro día por los pasillos llena de algo más que desengaños.  

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