Si pudiera ir a la feria
a vender mis zapatos gastados
y el escarpado camino
que conmigo han andado,
los llevaría.
Quizás nadie los compre.
Quizás ahí se queden
como pieza de museo,
quizás hasta se vieran
más bellos detenidos.
Pero son míos
y su destino es andar,
nadie más que yo
sabría andarlos,
lucirlos a los tropezones,
enterrados en el polvo.
Si pudiera ir a la galería
y comprar unos zapatos
nuevos y con otro camino,
no sé si me sirvan.
Quizás me saquen ampollas
y me hagan doler el talón
más que mis viejos zapatos.
Si pudiera andaría descalza,
si pudiera ya no andaría.
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