Escarbo un dolor,
apenas puedo encontrarlo,
apenas puedo
ponerle un nombre
que sé y que vagamente olvido.
Escarbo mi dolor
entre otros viejos dolores,
sólo creo que
no lo encuentro
ni lo nombro,
no puedo decirlo en el recuerdo.
Es, dolor, que me has dolido tanto,
que el dolor anestesia
es otras veces olvido.
El dolor que aún no sano
se revuelca
en mi lecho anonimato
para decirme
que aunque no pueda nombrarlo
todavía duerme conmigo.
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