sábado, 24 de agosto de 2019

Proa

Quién se sienta a la mesa primero?
Qué soñé anoche
que no me acuerdo?
Ya no hay tiempo
para el invierno,
es inevitable,
aprender ahora
el lenguaje
de los cuerpos,
desarticular
la máquina
autómata,
el piloto mental
puesto en los sentidos,
verter un color nuevo
que salpica
el ruido blanco
de esta ciénaga
y dibuja
valles lunares
en cambio.
A dónde estuve
antes de que
se me pulvericen
los ojos?
Cruzando una frontera,
escorando las olas
por goce puro
de náufrago,
sin saber
que esta galaxia
crecería
entre las manos.

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