lunes, 8 de enero de 2024

Oficio de torturador

¿Y si la memoria

no fuera más 

que un instinto equivocado 

con oficio de torturador?


¿Y si acaso me equivoqué 

creyendo que nos buscábamos 

desde vidas anteriores

y, simplemente, en el aturdimiento 

seguí tus pasos, con una fe ciega,

para olvidarme de mí de una vez por todas?


¿Serán ciertas mis cavilaciones?

Estarías en otros brazos, 

sonriendo o tal vez

escupiendo en el espejo.


Otro cuerpo llenaría el espacio.

Y sólo el espacio.

Porque tu corazón, 

amordazado de decepciones,

se acomodaría como un perro de la calle

que prefiere las sobras

de un tirano

a la inseguridad de la basura inescrutable.


Quiero decir,

la miseria no escatimaría 

para ninguno de los dos

por separado.


¿Es eso redención suficiente

para tener el coraje 

de llamar amor a esto que somos?


¿O es apenas el gesto de dos cobardes

que entibian su corazón 

por miedo al Miedo?

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