sábado, 2 de noviembre de 2019

Culpa

Será acaso el presente constante
gerundio,
abierto,
pletórico,
una exhortación a la novedad,
a la contingencia
radical,
mutante
o circunspecta,
será un atontamiento
involuntario
a todas luces
o un tibio féretro
de buenas intenciones
socavadas por la resignación,
será la repetición
diestra o siniestra,
la cuenta inútil de los días,
las razones en ninguna parte,
la obediencia de un destino
de naturaleza
existencial,
de clase
o de consciencia.
Dónde se guardaría entonces
el espasmo que abriga?
El acento de la pena
habrá caído
en la mala fe
del disyuntor,
desierto de probables
y horizontes,
misterio de ermitaños,
claveles del aire,
una sola decisión,
una jaula.
Y no en la inmensa sed
de conjunciones,
en la multiplicación
libadora de ansiedades
que desprenden camisas
a la hora de la siesta,
que llenan el tiempo
y el espacio,
de algo más que sentido
que brota y llorisquea.
Pero nunca a cara o seca
se definen.
juegan
a la sentencia
de unos ojos que miran,
siempre están cerca
del ocaso
o de la sombra
los culpables.

domingo, 20 de octubre de 2019

Cassetteramente

No entiendo el trap,
hago un esfuerzo
por reinventar(me),
por abrir el oído
en una ola expansiva
en campo nuevo
pero no,
no entiendo el trap.
A decir verdad
tampoco entiendo
ni quiero
ni me importa
entender Instagram:
esa compulsión por estar
al tiro de la cultura
de consumo,
prefiero el tedio
de esperar a la abuela
peinarse para la foto
porque quedan
tres
en el rollo
y me olvidé de comprar.
A mi pesar,
me asumo entonces
cobarde o tibia,
y qué va?
La sentencia es breve
y el veredicto
un loop de abismo.
Será que nunca pude
sembrar las plantas
de los pies
diez centímetros
menos acá
(quiero decir del
cenit de la analogía).
Unos ojos de pájaro absorto
que giran tan minuciosamente
como la cinta
de tinta que hay que cambiar
de la máquina urgentemente,
pues siempre se vuelve
juntando migajas
al vhs
          de una infancia
                                    de 8 bits.
La vida caricaturizada
burdamente
como un juego del Family
de la rutina a la muerte
en tres vidas recuperadas
para hacer siempre lo mismo.
El pleno derecho de la contingencia,
que esto no sea más
que una parodia barata
de un teléfono fijo o peor,
la paradoja bestial
de un tipo encerrado
apretadamente solo
desesperadamente ansiando
adentro de una cabina
que del otro lado atiendan,
que alguien esté
y que escuche
y que diga
acá estoy
también
rebobinando
la cassettera.

lunes, 7 de octubre de 2019

Desdóbleme

No consigo dormir,
no tengo una mujer atravesada entre los párpados
-ni un nombre apenas o un desdibujado rostro-
tal vez la vida...
Si pudiera le diría que se quede
pero en el trajín del mundo se me escurre.
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas.
Desnúdeme, señora, desdúdeme.
Yo me duermo a la orilla de una vida,
yo me duermo a la orilla de un abismo.

(2016)

viernes, 4 de octubre de 2019

Pneuma

Algo así
                como un acceso
epifánico   al mundo
como  consejos infantiles
    infalibles     un desarmadero 
desamadero
     andando
               evasiones    sin
nombre
                       un racimo
acaso un
                 huevo     un
cono   del tránsito
de la casualidad
        sin lo fortuito
pero    por
   el casi
                otra
vez   lo mismo
  la falta     de tu perfume   de un herbario
de nada más
            nos confundimos     mañana
olerá  distinto    el miedo
    el lenguaje           esa aguja   agazapada
en el  medio 
        de la noche
   del espejo.

martes, 17 de septiembre de 2019

Tarjeta roja

En un almanaque
de mutilaciones
donde los días
ni siquiera
trastabillan,
donde las horas
no enfilan
y se cuentan
más que
como transcurrir
volátil,
como todo aquello
que carece
de causa
y consecuencia
real y aparente,
como todo espejismo
o charco de agua
en medio del barrial,
así tu espejo
empañado
de suspiros
ansiolíticos
que empuñan
la sombra
del cuchillo
-ya no ese filo,
ni siquiera
esa dignidad
de la llaga
supurante-
no devuelve
a mi idéntica,
ni a la Otra,
ni a ninguna.
Hay
el espacio
vacío
del ejecutado,
el horror
espasmódico
del silencio
detrás del grito
recrudeciente
que ya ha callado,
ni siquiera la lágrima,
ni siquiera el bonete
abollado,
ni siquiera
la solapada
tristeza
del grillo
inmóvil por el susto,
ni siquiera
el acuse de la falta,
ni siquiera
el decoro
de asumir
que me olvidé
tu rostro

y también de mí.

sábado, 14 de septiembre de 2019

Asesino

No quiero
dormir
esta noche,
no hay
disfraz
de tragedia
en este
insomnio.
Quiero pintar
el frente
de la morada
de lo indecible
sin revocar
las huellas
húmedas
de la ausencia
de todo
entendimiento
posible
y negado.
Será que
batallan
mi voluntad
y mi deseo,
se atosigan,
nadie
pregunta
cuál
de los dos
aún es
niño,
nadie
dice
cuál
mi yo
cuál
mi animal
interno
indómito
asesino.

sábado, 24 de agosto de 2019

Proa

Quién se sienta a la mesa primero?
Qué soñé anoche
que no me acuerdo?
Ya no hay tiempo
para el invierno,
es inevitable,
aprender ahora
el lenguaje
de los cuerpos,
desarticular
la máquina
autómata,
el piloto mental
puesto en los sentidos,
verter un color nuevo
que salpica
el ruido blanco
de esta ciénaga
y dibuja
valles lunares
en cambio.
A dónde estuve
antes de que
se me pulvericen
los ojos?
Cruzando una frontera,
escorando las olas
por goce puro
de náufrago,
sin saber
que esta galaxia
crecería
entre las manos.

jueves, 22 de agosto de 2019

Mineral

Miraba el reflejo de luz
que recortaba
unas sombras,
delineaba en perspectiva
un contorno
de los cuerpos,
yo no pensaba
en nada
o no quería,
prefería
de haber podido,
batir unas alas
recién crecidas
en las aguas
de Leteo,
porque ya
me lo pasé
veraneando
el Aqueronte
y porque al final
no es divertido.
Entonces vinieron
a decirme
que hay que buscar
el pulso,
mas siempre fui torpe.
Ahora
que se me pulverizan
las manos
y que no hay
frontera que divise
el umbral de la percepción
y las ventanas del pensamiento,
ahora
que soy más
que la energía
del reino mineral
o la existencia muerta,
cómo puedo saltar
a un abismo?
Cómo haré
con mi oficio
de noctámbula
para ya no
dormir
a la intemperie?

Guijarro

Descosemos juntos un ojo de trapo,
lo tendemos al sol o al rocío,
da igual?
Esperan a Godot en la parada,
el 143 hoy doblará por otra esquina,
habrán logrado detener la lluvia?
Estuvieron talando los montes
donde antes veneraban a una madre,
otras barrancas cobijaron
laboriosas manos
revolviendo restos,
los otros ni siquiera se enteraron,
no supieron reparar
la dignidad de la basura
si es que existe.
Se dibuja un cielo añil,
se abre un borde lunar,
un abismo,
¿quién dirá
que el animal
se alojó inmóvil
en la noche?

martes, 6 de agosto de 2019

Yo también nací algún día

A menos que el coherentismo de lo genuino
se desarticule en un minúsculo
pedazo del tiempo,
como una marioneta
que cae ridícula
en su peso,
sabré, lo sé,
como un pronóstico
de cuánto calor
o falta
siento en el cuerpo,
esto no debe ser grave,
venimos del desierto,
como esos ranchos
solísimos del pueblo
donde nadie espera a nadie
y todo da razón de festejo,
será así,
como lo que deviene
siempre uno,
con el tercer ojo
ya no parpadeando
al porvenir,
sino móvil
al ahora,
única imagen arcaica
que no toca el timbre
en la casa
de la que fui,
sino que es toda la que soy,
la que suelta las manos de las otras,
la que ríe en su propio nacimiento.

viernes, 19 de julio de 2019

Luciérnaga

¿Cuál era la manera de saber
si esta vez
es la que verdaderamente vale?
¿Cómo se hace para cerrar el puño
con una certeza
-ya no esa rabia
hasta la angustia
o la náusea-?
Si la rueda que gira
eternamente
ya lleva a cuestas
sus postales
y danzó para el fuego
y sus luces
y sombras,
si este mismo
fluir
tiene perfume
de intuición
-ya no un disfraz
de desamparo-
y trae algo así
como una calma
aunque de vuelta
en el naufragio
la sudestada
arrase todo.
Si de pronto
este aquí-ahora es lo cierto
y sabiendo que es posible
que lo sea,
y si en esa gracia fortuita
del movimiento
las siluetas bailen
posando otra vez
sobre sus cuerpos,
si esta circunspección
es un susurro
de alguna consciencia mía
que se me escapa todo el tiempo
por los caminos del bosque
-como aquella vez
aquella melodía-
y aunque devenga otra
simplemente también sea,
"si toco con mi canción
y no con la que me tocan...",
si puedo dejar
acaso
de reparar en las faltas,
y te sigo entonces
un paso más,
luciérnaga,
podría tener entonces
todo lo que sé,
y entonces
también entonces,
rompería el enigma del oráculo
y el eterno retorno de lo mismo,
algo más de lo que se desvanece
aún perduraría,
el tiempo gerundio cesaría
de ser tiempo yermo,
ya no podría valer
la parte por el todo,
ni el todo por la parte,
ni mi yo ni la percepción
de mis otras
jugando al galope
de un tablero de ajedrez,
será
tal vez
seré
el todo por el todo.

lunes, 8 de julio de 2019

Irse

El pensamiento más veloz y libre
que esa otra cosa que permanece ahí
indecible,
un pájaro que canta,
varios pájaros que cantan,
los músculos que me yerguen entumecidos,
una guitarra que nombra
que hay muchos lugares en el mundo,
que marca el paso de
donde hay que estar,
un rincón de guitarras
que no tienen que volver
-ni en los rincones-,
de cosas que ya no están
y que están bien así,
a diez,
a veinte,
a cuarenta
pasos
de distancia,
la hornalla,
¡otra vez la hornalla!
y la necesidad
de que el calor
sea este abrazo
con las ballenas
solitarias
de Madryn
o un tablero de ajedrez
en un barcito
en una esquina
de Madrid
que seguro tendrá
calles angostas
como las que soñé anoche
pero incluso
yo no estaba,
me ausenté de mí.

domingo, 30 de junio de 2019

Oxímoron

Andaremos toda la vida dando vueltas la misma tuerca
o todavía queda espacio para una ilusión de clavijero?
Qué es de esta necesidad de universales?
Y si el acontecer relacional es lo que otorga
la existencia de los tropos?
Especular
 a pesar de uno mismo
que hay que resolver por qué vía se ha de accionar,
desde dónde se genera el movimiento,
si tiene acaso trayectoria,
no sucumbir frente a la ritualización de la velocidad.
La necesidad entonces se devela:
nos representamos el tiempo en el espacio,
no queremos siempre conservar en un registro vivo
aquello que nos atraviesa el cuerpo
ni los cuerpos que moran
migratoriamente con nosotros.
El contacto de la mirada es crucial,
"todo lo sólido se desvanece en el aire".
Ya no alcanza con las solas palabras,
algo habrá de genuino en la imagen,
en el acontecimiento puro.
Y es que acaso ya no hay más que esencialismos desintegrados,
tampoco nosotros permanecemos.
Si no tenemos un techo ni un asidero
de unos pies comedidamente en la tierra,
a dónde saltamos?
Un cielo abierto en el horizonte
a veces es también un paisaje de la desolación.
Tenemos alguna vez la certeza de si es por miedo o por convicción?
El oxímoron es claro aunque improbable:
volver al punto cero.
Algo así como embrutecer u olvidar.
Quizás ya no inventariar
desglosamientos del tiempo
sea preciso.
Aprender a lidiar con las ansias
y también con el hastío.

martes, 25 de junio de 2019

Machacar

Yo que sólo he sido
constante en mi inconstancia,
le pregunto una vez más a la noche
si esta compulsión
involuntaria tantas veces
por el agostado insomnio
nace de una sepulcral
pulsión de fuga
a la que no puedo
ofrendarle
más que monumentos
del desamparo.
Soy la primera desertora
no confesa,
no ante la autoridad de nadie,
sino ante el irremediable
escrutinio de la Otra,
esa imposible de mí
que nos machaca a las dos,
esa traidora de sueños
a plazo fijo
que en las mejores noches
fundó patrias lejanas
prometiéndose alcanzar un día
algo más que una entrada triunfal
por los arcos de la resignación.
A quién mendigarle
la moneda del consuelo?
De nuevo la cercanía
promulga sus terremotos:
la Otra, implacable,
se resiste a echarme encima
una mirada de ternura.
Quisiera decirle que la necesito hermana
y entonces hostil responde
que aún la sangre se subleva.

lunes, 24 de junio de 2019

Paloma

Ya no quiero más
sentir que
voy a parir
los huevos de un ave
que se llama breve.
Tengo que cerrar
todas las ventanas
para abrir una puerta.
La existencia
es una pregunta
inútil,
interpela contra
toda lógica
de la binariedad:
tedio o hastío.
Da igual
lo que al sol
lo que a la sombra,
acaso es la necesidad
motora.
Si importa algo
más allá
tiene que ser
que andamos livianos.
La velocidad de la luz
nada importa
a este beso que quiero darte.

sábado, 22 de junio de 2019

Hallar

Atento al golpe, 
caés en la trampa. 
Ante las no-respuestas, 
y ante las no-miradas 
que a la fuerza aún elijo, 
te quedás así, 
como a la espera del verso. 
Recordás el calor, 
yo habré de olvidarlo un día.
Prefiero el exilio.

No saber dónde
buscar las huellas.
La paradoja de la pampa abierta,
del horizonte 
tendido hasta el cansancio.
Quién dicta el fin de una mirada,
su trastorno 
y su principio? 
Quién decide su objeto? 
Qué es del sujeto? 
Quién ve en los ojos de la felicidad? 
Quién indica el principio del sadismo? 
La felicidad 
conlleva 
siempre 
un acto 
perverso 
sino 
la 
renuncia.

sábado, 15 de junio de 2019

Conformismo

"Ocho horas para descansar,
ocho horas para trabajar,
ocho horas para lo que se nos venga en ganas."
Tal vez el principio de la libertad
es una inmanencia destructora
con una pata enterrada
en la mismísima sujeción.
Si esto es el kaos
¿a dónde está el reverso?
¿Hay algo así como una
apasibilidad propia de un orden,
algo más que un misticismo barato
o las odas en las que suplicamos
que la patria del tedio
no lo herrumbre todo
con una esperanza prístina
que siga creyendo
dos centímetros más allá
del imperio de lo obvio?
Cuando te dicen
que puede ser peor,
¿puede ser peor?
El monopolio de los medios de producción,
la tibieza o la inseguridad mortal
de la clase que debiera ser combativa,
el conformismo estéril,
la perpetuación de lo mismo,
la condena de vivir
con la pregunta de la jaula
y no poder pensar en la puerta.

miércoles, 12 de junio de 2019

Primer boceto filosófico

Si la marca de lo arcaico nos conecta verdaderamente con una matriz y a su vez con el presente iluminado después que ensombrecido, si acaso algo nos deja ver sobre dónde emergemos y de pura suerte esclarece los pasos presentes ¿hasta dónde llega el enigma que no nos deja aún vislumbrar el instante? La discontinuidad concebida más que como emergencia, como urgencia: el fenómeno es urgente, nos convoca aquí y ahora, en un tiempo que trasvasa lo mesiánico del cualquier momento de estos, entonces, de alguna manera adquiere univocidad. El instante presente pleno no es más que pérdida y fuga constante, se agota en el mismísimo devenir. No puede ser recuperado. La memoria más admirada no es para este propósito campo fértil, vierte siempre sus recortes. La imaginación por su parte, de un ser fantasioso como el sapiens-sapiens sólo puede adicionar imágenes míticas que evoca como las primigenias de todo sentido. Todo el tiempo se busca recuperar un sentido que se ha perdido: que nunca estuvo, que es fuga permanente. La restauración en todo caso es inútil, la idea de sustrato carece por ello de sentido?

Trascendencia

Perpetrar algo más allá
que este frustrante oficio
de perseguir eso que habita
-si es que hay-
en ese puente interminable
entre las palabras
y las cosas,
ese horizonte
que debiera
algo más que agotarse
en la mutación
constante
y la estéril
cuando no
soberbia
búsqueda de sentido,
como si no bastara
con la complexión
taciturna
de replegarse
sobre sí mismo
ante la nada abyecta,
como si no hubiese
esta inmanencia
que me agobia.

lunes, 10 de junio de 2019

Acá

Cruz,
acá.
Otra vez 
esta astilla
como la paradoja
de los cuervos
de Hempel,
y la incertidumbre
¿qué se puede querer
si todo
es horizonte?
Vete de mí,
cuervo negro,
vete ya,
vete ya
...

sábado, 8 de junio de 2019

Fuego

Cómo serán las crestas de las horas cuando calle el absurdo
abecedario de la rutina?
Cómo el ruido del opúsculo panfletario de los nadies
cuando sea un bollo de papel?
Me pregunto cómo habrán de ser las ruinas
de los monumentos que erigimos a la nada?
Cómo habrán de sobrevivir
las especies en riesgo de extinción
por la soberbia maquinaria humana?
Cómo lo haremos nosotros
si es que lo haremos,
cómo serán los titulares
y las primeras planas de los diarios
que apenas alguien lee
entre los pasos que van de prisa en una esquina
y cómo serán sus semáforos entonces
mientras nadie se mira.
Cómo dormiré esta noche
pensando en qué será
la niñez aún perdida por las calles
a cambio de monedas para el aire.
Cómo habrá de ser el hombre nuevo?
Habrá hecho desplomar
instituciones con su sangre combativa?
Habrá hecho la patria grande para todos
o simplemente
habrá prendido otra vez el fuego?

miércoles, 5 de junio de 2019

Magma

Sospechar
que este aparecer
que emerge
sin estatutos
no es deudor
de ningún
símbolo,
que no hay
significante
más allá
de lo mentado,
que esta misma
noche
no haya
ni en lo ancho
de una vida
un sentido
que la pueda
agotar
(oh, plétora de lo múltiple).
Sospechar,
como siempre,
de que nunca
se alcanza
una lucidez
tenaz
y auténtica,
que nada puede
ser más
que inasible,
y también
que el salto
sea más
que otra
pérdida.

Superstición

Busco desesperadamente
mover un pie,
desplazarlo
en dirección
al horizonte.
Nada hay
que recorte
una silueta,
es la intemperie,
el solemne suspiro
ante la nada.
La sensación
de la lluvia
que se desdobla
y cae
             sobre la que
                                            no
                                                   soy,
no es más
que el viento
bailando
entre los árboles.
¿En qué radica
la esperanza,
voluntad
o la fe ciega
que habrá
de mover
sus pies
un día?
Aquí
una
sola
condena,

la libertad
                        (aún de no ser libres).
                   

martes, 4 de junio de 2019

Neurosis típica

Compulsión a la repetición, la diagnosticadora debe tener alguna parte de razón en todo esto. Un grito de soul dice "I need you", yo sé bien que la que grita es la Otra. También, como ella, necesito alguna vez un puño cerrado con una certeza aunque sea por tener algo que guardar. Pienso que esta vez no voy a negar que lo que aparece es otra vez aparecer-para, quizás sí soy digna de algún símbolo mío. Entonces voy a seguir sin nombrar nada en lo que quepa la posibilidad de perecer antes que existir, así con la pusilanimidad o aún la mansedumbre de la existencia misma. Intentar que el impulso sea acorde, no sentir este aluvión de sismos inconstantes sólo porque de nuevo hay una Jacinta escribiendo a las tres de la mañana. Esa postal tiene ya diez años, esto es otra cosa. La alteridad como magma elemental, sólo estamos la Otra y yo, ella antecede siempre (la que amás y la que temés). ¿Cuál es quién en un espejo, M? La felicidad es un juego de ansiosos y lo demás es estoicismo de barrio. La noche entera va a dejar de callar un día. ¿Cómo vas a cruzar la ciénaga? La memoria es caprichosa, se diluye o mejor, muta como el flujo heraclíteo, todo el tiempo deviene otra, me esquiva la inocencia de creer que yo también tuve un atisbo de respuesta. Esta vez no voy a negar que lo que aparece es otra vez voces en off y puntos suspensivos escondidos por un camino adoquinado y también lleno de alamedas y golondrinas y de olor a río y de todas las cosas que casi nadie nota pero... Tampoco voy a sucumbir a renunciar la libertad de esta flaca inteligencia que a veces presume deseos de no estar situada en un archivo inerte que atraviesa el tiempo. Acaso haya que involucrarse de una buena vez por todas en seguir aconteciendo aunque no hayan remates.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Prólogo

En el medio de la nada
encuentro tu mirada tímida
que explota de sentidos solitarios.
Sale el sol de nuevo,


yo volveré a pasear por los parques
después de las reuniones especulativas del saber.
El mundo se ordena ante mis impulsos.
Hay prólogos felices como esto.

(2016)

jueves, 25 de abril de 2019

Alamedas

Alguna vez
alguien me nombró
poetisa
anarquista
musa inspiradora
espíritu libre
y así hube de ser
por entonces.
Y evocó
que sus versos
y aquella musiquita
"a ti te pertenecen,
pues de tu piel
y tu verbo
salieron".
Y en los albores
de otra de mis otras
me interpeló
que por qué
tanta ausencia.
No hubiésemos
creído
por aquellas
avenidas de Boedo
que un día
no quedaran
ni las alamedas
que soñábamos
crecían
en nuestra
distancia
intermitente
florecida
de gerundios.
Yo buscaba
en cambio
lo que se construye
y no
lo que habita
ese bosque de silencio.
Pero es que
tampoco
sabía
que lo buscaba.
Ahora,
simplemente
un recuerdo torpe. Aquella otra
que ya no es
ni esta
se interpela
por qué
tanta ausencia,
no de alamedas
ahora,
sino
que es otra
también
la distancia,
que es otro
también
el que duele,
que va a volver
a ser otro
cualquier
día
de estos.

martes, 23 de abril de 2019

Casi cuatroscientos días

Si después de tanto tiempo la herida todavía supura, si todavía no cicatriza ni se recupera del todo, si ya no hay rehabilitación posible no sé qué más debería haber. Será que como dicen las viñetitas del Grego, el amor para un salero más que incondicional es pluscuamperfecto. Y ahí se estalactizan todas las metáforas del mundo: sólo imágenes de un pasado anterior al pasado mismo pueden ser esa cosa análoga a la ternura, a nuestras miradas cómplices primeras, a nuestras sonrisas de sólo el uno para el otro y la cofradía también de los tuyos y los míos que nos sabían igualmente el uno para el otro, como dos niños tontos que no hacen más que jugar un mismo código como fuera el nuestro, de chocolates con maní y pedales en dirección oeste. Si yo sé bien que no me voy a poder desprender nunca del todo de nuestras osadías de ciclismo nocturno rodeando la terminal por Santa Fe y Avellaneda hasta la cortada, ni de la tendida de ropa para que no se pudra con ese gesto de desenfado que heredabas de tu vida nómade aunque entonces querías anclas. Y que las anclas no alcanzaban ni alcanzarían a ninguna parte porque tu espíritu inquieto te seguiría llevando, de la amarra de mi amor incondicional hacia la inseguridad de que algo tan firme sufriera terremotos que eran sólo espejismos de los fantasmas de un mal sueño de tu pasado, y que los volviste ciertos nada más que para darles sentido emigrando como las palomas el día que sin saber bien por qué te ibas de nuestro nido para siempre. Aunque ni sabíamos que sería otra vez para siempre.

Ocas(i)o-nal

Entre el fin de tu duda
y el principio de tus ganas
hubo algo,
alguna vez...
nuestro,
cómplice,
fugaz.
Lo nombro todo.
Instante tras otro
mi boca va pariendo el mundo.
Significo,
adentro mío
el vendaval de palabras
que juega
a crecer y a derrumbarse.
Miro ahí adentro,
donde la oscuridad
es más grave
y el verbo
no alcanza.
Busco,
todavía,
algo que soñar
de a dos
por las veredas del ocaso.

martes, 19 de febrero de 2019

Aniversario

Un corazón que se despedaza por última vez. 
Otra vez la reiteración:
no se puede amar y tener miedo.
Otra vez la reiteración:
hay que correr hacia los brazos abiertos
y no perseguir una espalda.
Las máscaras se caen,
quedamos desnudos y sin inventos.
Pero ahora vemos
quién verdaderamente somos.
Este es el último dolor que te regalo.
Se comprenden las huidas
pero me prometo implacable
con los desengaños.

jueves, 7 de febrero de 2019

Siete sin los dos

Pienso en 15 minutos con vos pero busco algo que no me haga caer, entonces escucho las canciones trash de Fun People e igual me acuerdo. Todo sea por no caer en la ternura de los Smiths, aunque es igual, escucho el candombe de los uruguayos porque se acerca el carnaval y también se acerca tu recuerdo porque es siete de febrero y hace un año y hace tanto y tanto que... Ni digamos de cuando el que canta es Zitarrosa, o cuando de pronto el algoritmo la invita a Natalia que dice por mí que "yo te llevo dentro hasta la raíz y por más que crezca vas a estar aquí" y el chiste que fue sólo complicidad nuestra de que iba a ir de fondo para esa campaña. No quiero pensar en las de Drexler, porque me hace pensar en que fue nuestra banda de sonido de las primeras noches, casi como los Coplanacu pero no tanto, porque amanecíamos mirando documentales para cruzar el Atlántico en balsitas de madera y yo sigo yendo al Paraná un poco para sentirme libre y otro tanto porque te evoca infinito. No sé si sabías que fui a ver a Tabaré y me quedé con ganas de Silvio, pero te juro que cuando fui a Las Manos salté por los dos y por nosotros esa vez que íbamos de la mano a marchar con el pueblo para soñar que hacíamos revolución desde lo cotidiano. Tal vez porque por entonces todavía soñábamos juntos, y contruíamos juntos también. Si mejor ni te digo las cosas que pasan cuando suena Silvio, ni mucho menos cuando Jaime dice lo que es el amor profundo... Pero con el amor, mi amor, no alcanza, por eso ya tus pasos buscan el norte mientras los míos insistían con el sur. Y si el mundo es redondo como dice Facundo, yendo no más hacia adelante volveremos a cruzarnos. De toda suerte más maduros, más enormes, y nos amaremos de nuevo. Cuando tal vez ya no te nombre atrás del Zurdo ni de Juan L., ni cuando cruzando el remanso Valerio ni escuchando a Fandermole me estremezca como me estremezco todavía.

lunes, 4 de febrero de 2019

Falta de febrero

Sobreviene una vez más
la angustia existencial
sin nombre único,
común denominador
y múltiplo
de mis inestabilidades magma.

Algo agudo allí te invoca,
ya nadie entra por la puerta de emergencia.
Ahora sos el hombre de las manos cansadas,
tu verso se posa en cualquier lado
menos sobre mí.

Aún con todo
en el desfile de nuestras calamidades
y evocaciones de
-si acaso queda-
nuestra mejor versión intermitente,
buscan mirarte las locas.
Una es la que amás
y otra es la que temés.
Es igual,
para vos son veredas separadas.

Ya no hay puente
ni templo posible.
Todos buscan en su Parnaso al dios,
nadie lo encuentra.
De pura suerte, ciegos de luz,
descienden otra vez a su caverna.

Y el oráculo responde gnóthi seautón.
No hay más caso.
Mi árbitro interior
le cobra su falta
a este febrero:
He aquí que todavía me interpelo
mientras escarbo gusanos del tiempo.

A quién amás ahora que amaste?
Y esta compulsión a la repetición
abdica en la sola remembranza
de lucidez hiriente:
no se puede amar
y tener miedo.

Entonces creo
que alguna vez lo supe
con una claridad
que fue tantas veces bruma:

con el amor no alcanza.